3.23.2011

Capitulo 35# de •○Forġotten children○•

Ya no me concentraba, ahora pensaba en que contestar respecto a ese viaje. No creo que fuera bueno ir allá, eran ¡dos meses! Solo una locura.
No pensé, y solo tome el teléfono y llame al número de Tom. No se tardo en contestar, al menos.



―¿Jennifer? –pregunto confundido.
―Hola Tom, mm necesito tu ayuda –dije seriamente.
―¿En qué?
―Tengo que tomar la decisión entre quedarme en Alemania o irme por un tiempo, chico, pero sé que se me va a pasar muy lento.
―No creo que pueda… ―lo interrumpí.
―Mira lo que no quiero es que se entere Bill, créeme que yo lo consultaría con él pero ahorita no es el caso para eso.
―Vete de Alemania, adonde tengas que ir será mejor que aquí, en verdad.
―Me tengo que ir a Estados Unidos por dos meses y es por trabajo, no porque yo quiera.
―Ah pues, acepta, se te va a pasar rápido el tiempo que estés allá, es una buena oportunidad, lo sé.
―Bien eso hare, pero no le digas a Bill.
―No le hablo, por el momento.
―¿Por qué? –pregunte entre risas.
―Porque es un tonto, dice quererte y sale con otra que acaba de conocer, es que no se define, y ya le dije que mejor te haga la lucha que a estar picando piedra.
―Bueno –sonreí dulcemente. Eso me alago― déjalo ser, yo que pensé que lo iba a ver por aquí pues no vino.
―No iba a ir hoy, es que hoy es el cumpleaños de Georg.
―Ah entonces lo perdono.
―¿Te gusta verdad? –pregunto.

Trague saliva. Era algo difícil de explicar, me gustaba estar con él, lo disfrutaba en verdad, pero yo misma no sentía que fuera 100% amor, tal vez una atracción. Aunque hoy mismo lo estaba demostrando, no verlo me decepciono un poco y muy claro lo dejo, también, en mi sueño; Lo que yo sentía por él, tal vez era lo real y no lo ficticio.

―O sea sí, y no, claro que siempre me ha gustado estar con él.
―¿Si tuvieran una oportunidad se la concederías?
―Mm sí –sonreí.
―¿De verdad? –pregunto sorprendido.
―Sí en serio, me gusta mucho. Y como tú dices, no me agrada que no se defina respecto a sus sentimientos.
―Al menos ya te definiste tú.
―Pues sí.
―¿Aún quieres irte de Alemania?
―Lo estoy pensando, porque si es una gran oportunidad, y no es para toda la vida.
―Es cierto, bien, no le diré nada a Bill.
―Gracias, bien me tengo que ir, tengo trabajo.
―Yo ya me tengo que ir a la fiesta de Georg, nos hablamos luego ¿sí?
―De acuerdo, adiós –Fin de la llamada―. Ahora tendré que aceptar e irme de aquí –suspire.

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