3.07.2011

Capitulo 30# de •○Forġotten children○•

1:29 pm

Llegue al departamento, vi que solo estaba Tom en casa. Tal vez tenía que esperar más tiempo para arreglarme, y contarle todo a Tom.

-¡Bill Kaulitz! –me grito cuando escucho después de que yo había cerrado la puerta.
-Hola Tom –me acerque a él, que estaba en la sala.
-¿Cómo te fue? –pregunto.
-¿En qué? –me senté en uno de los sillones.
-Pues no sé, adonde hayas ido tan temprano –respondió riendo.
-Fui al periódico a ver a Jennifer, y ahí mismo me salieron planes… Por fin voy a salir con alguien –sonreí.
-Uy si, ya era hora que salieras con Jennifer, cuéntame cómo le dijiste que te gustaba, si ya paso algo más.

-¡Tom! –dije enojado-, no es con Jennifer con quien voy a salir.
-Pero, pero, si te gusta ella. Oh –exclamo- ¿qué me perdí? ¿Quién es la siguiente chica?
-Sí me gusta Jennifer, pero las oportunidades no vienen de dos en dos, así que saldré con una chica que trabaja en el periódico.
-¿Cómo se llama?
-Mikaela, es una chica muy linda y guapa.
-Ay Bill, no debería decir esto porque yo lo haría también pero, si quieres o lo que sea a Jennifer, deberías seguir luchando por ella y no andar de aquí para acá con otra.
-Pues es que esta chica me agrada mucho pero no la quiero como a Jennifer, obviamente.
-Bueno como quieras, sal con esa chica.
-Si a ver qué pasa con ella, no te preocupes por mí que no creo no llegar en la noche.
-No me preocupo.
-Fue sarcasmo ¿sí?
-Como sea –se paro y subió por las escaleras.

Me quede ahí sentado pensando en las palabras de Tom. Era verdad que a mí me gustaba Mikaela pero lo que sentía por Jennifer era algo incomparable y que de seguro, ya no me iba a volver a pasar en la vida.

7:35 pm

Tanto pensar hizo que me durmiera. Pero al menos se me ocurrió algo, salir con Mikaela y no dejar que esa salida se elevara y llegara a los extremos, haciendo que me arrepintiera de algo en el futuro.
Al momento que vi la hora, rápido me lave los dientes, me arregle el cabello dejándomelo suelto, y me cambie la ropa. Me puse una camiseta negra, un suéter de rayas blancas y negras, unos jeans azules oscuros y unos tenis blancos.


Ya ni me quise despedir de Tom porque sabía que me iba reprochar e íbamos a empezar a pelear. Solo que al salir, si le grite que ya me iba y eso fue todo.
Me subí a mi coche, y me dirigí a la casa de Mikaela.

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