1.30.2011

Capitulo 9# de •○Forġotten chil∂ren○•



7:43 pm

Aún no llegábamos, y eso que no había tráfico, casi ni coches había por las calles. Y ya hasta le había terminado de contar, aunque aún faltaba el interrogatorio de Bill.

-Lo que no entiendo es que, si según tu no amas a alguien, ¿qué o a quién te van a quitar? –me pregunto. ¡Excelente pregunta! Que ni yo sabía responder.
-Yo la verdad ni se, o sea, lo que más amo sería mi trabajo, a mi misma y esta ciudad.
-¿Y nada más? –pregunto, mi miro rápidamente.
-Sí –respondí obviamente.
-Bueno, no sabes lo que te depara el futuro.
-Con que no pase lo que en ese sueño, viviré cada segundo, como siempre –sonreí.
-Es una buena actitud.
-Sí claro, no se siente así -¿A caso escuche las palabras que dijo Bill? Me sentí rara al contestar así.

7:58 pm

Al fin llegamos al edificio, solo estaciono el coche y nos bajamos entrando a la recepción.
-Gracias –dije sonriendo.
-Por nada, no dudes en llamarme, así como hoy –sonrió.
-Espero que ya no tenga que hacerlo –dije seriamente.
-Ah bueno, claro, que tú no quieres pero igual.
-De acuerdo –dijo seriamente y mirándome fijamente.

¿Tenía que decirle algo más? Una parte de mi decía que Bill se había quedado insatisfecho pero ¿qué podía hacer yo para dejarlo satisfecho? Claro, algo que no fuera muy comprometedor.

-¿Qué tengo que hacer para que puedas sonreír e irte sonriendo? –le pregunte molesta.
-¿Me ves serio? –pregunto enojado.
-No, ya te veo enojado –bromee.
-¡Perdóname! Pero yo si demuestro lo que siento.
-Ah ¡¿me estás diciendo sin sentimientos?! –casi le grite.
-No pero… -lo interrumpe.
-¡Pero nada! Olvídalo, gracias por nada ¡eh Bill! –me di media vuelta, y antes de que el dijera nada más camine y me fui a mi departamento.

Volví a escribir todo lo del día, pensamientos, ¡sentimientos! Solo me cambie y me dormí.

11 de Febrero del 2008, 2:47 am

Volví a despertarme en ese momento repentinamente. ¿Por qué? Porque de nuevo tuve una pesadilla, que parecía parecerse a la otra.

Me parecía que era el mismo lugar. Yo estaba igual en el corredor, una luz hasta el final que me cegaba la vista, y yo seguía teniendo las cadenas, pero esta vez solo en mis pies, aunque ya no tenía las cicatrices, solo era sangre que ya estaba en el piso. Ya no estaba tan alterada por querer escapar, no sentía esa sensación de pánico, como en el otro.
Eso sí, apareció alguien al final, solo que esa sombra era alta. Y escuchaba que decía: ‘-Ven y sálvame, solo tienes que caminar unos cuantos pasos para llegar a mí, conmigo no te va a pasar nada. Confía en mi…-‘. Claro que no distinguía la voz, no era tan grave como la otra, y parecían sinceras sus palabras.

Ahí me quedaba la duda, ¿quién era? Nunca confiaría en alguien, menos me iría si me lo pidieran, solo si supiera quien fuera.

Caí de nuevo a dormir, obviamente no iba a poder descansar más con esa pesadilla en la memoria.

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