1.22.2011

Capitulo 1# de •○Forġotten chil∂ren○•

Me llamo Jennifer, esta es mi historia…
¿Cómo prefieren? ¿Detallado o resumido? ¡Ustedes digan!... Bien, odio también tomar decisiones.
El punto es que me fui de mi casa, porque no me entendían mis padres, ni nadie. Así que me había ido a Hamburgo, Alemania donde tenía mi departamento, para mi sola. Trabajaba de vez en cuando, había estudiado comunicaciones, la carrera la había terminado hace un año, pero salí con trabajo, así que todo fue más sencillo.
Mi trabajo, ¡cierto!, era escritora en un periódico, a veces también trabajaba como fotógrafa en un estudio donde a veces iban ‘famosos’. La verdad yo prefería escribir, ya que a la hora de las fotos es con más personas y tengo que soportar a los demás.
Al vivir sola tuve que aprender a andar sola, conocía Hamburgo como la misma palma de mi mano.

Yo no era de carácter fácil, desde que vivía sola era dependiente e independiente de mi misma. Me valía por mi sola, yo misma me cuidaba, tenía libertad al límite y a más no poder. No convivía mucho, es decir, no me agradaba la idea de tener amigos, porque en nadie confió –solo en mí-, solo hablaba con la gente de trabajo, y escasamente hablaba con…No, ni a eso llegaba.
En lo que constaba al amor, bueno yo ya tengo mi filosofía y punto de vista; Para mí no existe el amor verdadero, no pienso caer en las riendas del amor porque sé que al final se sufre, si me llegará a enamorar sería para siempre, cosa que dudo mucho.

5 de Febrero del 2008 5:05 pm
Decidí salir de mi departamento a dar la vuelta por la ciudad, y a tomar un lindo paseo por la ciudad.
Poco después de terminar de dar mi ‘gran’ vuelta decidí hacer una parada en mi heladería favorita, no me gustaba por el helado ni mucho menos, sino por el agua que ofrecían allí.
Muchos me verán como loca al entrar solo por un agua, pero son mis gustos.


5:43 pm
Salí de la tienda tomándome el agua y al salir de allí, solo sentí que choque con alguien.
Era un chico, muy alto, de cabello largo y negro, llevaba lentes puestos. Tenía la piel blanca, demasiado…
-Oye fíjate ¿no? –dije enojada.
-Perdóname, vengo muy distraído –respondió apenado. Si se notaba que estaba fuera de mundo, y andaba en las nubes.
-Tus lentes acaparan la luz, entonces –reí.
-Si –contesto bajando la mirada.
-Bien fue un gusto –dije sarcásticamente y me encamine dando la vuelta para ir a casa.
-¿No te puedo acompañar? –va delante de mi- Es que necesito que me escuchen.
Mi peor defecto, no se escuchar, bueno solo escucho cuando quiero, y si de verdad me interesa. Y además, quería regresar sola.
-¿Por qué no vas con tu novia, o algún amigo? –pregunte- Yo solo soy una chica a la que acabas de conocer –dije obviamente. También trataba de zafarme de esa conversación.
-La gente con la que más convivo, pues…estoy enojado con ellos –dijo algo triste.
-Mm no conozco el enojo, así que mejor arregla tus problemas y ¡ya!
-Si…entonces ¿te llevo? –sonrió. Tenía una sonrisa picarona, lo cual yo odiaba.
-¡Como quieras! –respondí sin interés.
-Bien, mi coche esta… -lo interrumpí.
-¡¿Coche?! –reí a carcajada- caminando, con el coche no se hace ejercicio.
-Mm pues si quieres, aunque ya es tarde.
-¡Por favor! Son las 6 de la tarde, no nos va a pasar nada si caminamos.
-De acuerdo, vamos… -empezamos a caminar de sentido contrario a donde iban los coches. A la izquierda.
Iba algo incomoda con su presencia.
-Yo te dirigiré o si no te doy la dirección.
-Si dime la dirección, yo conozco aquí
-Bien –le dije mi dirección- ¿sabes? –pregunte.
-¿Cómo cuanto tiempo te haces de aquí a allá? –Eso no contesto mi pregunta.
-Caminando como 40 minutos, en bicicleta como media hora –sonreí.
-Oh, te gusta mucho el aire libre ¿no? –me pregunto. Pensé que se lo había dejado claro.
-Sí –respondí obviamente- por eso prefiero usarme a mi misma que a un coche o algo.
-Y ¿cómo te llamas? –Al fin pregunta, pensé que se le olvidaría ese pequeño detalle.
-Jennifer ¿y tú? –lo mire.
-Bill –se quita los lentes- Bill Kaulitz –sonrió.
Sus ojos, al fin los veía, es lo primero que veo en las personas para ver si son sinceras –muy pocas lo son-, al parecer de verdad estaba triste, sus ojos lo demostraban. Eran chicos y cafés, iban delineados nada más.
-Ah, mucho gusto Bill –dije seriamente.
-¿Si sabes quién soy? –pregunta.
¿Qué tipo de pregunta es esa? No lo conocía, a penas y se había presentado, ni soy maga ni nada. ¿Cree que conocía a toda la gente o qué? Cada vez ese chico se me hacia raro.
-No, obviamente no –como la palabra lo dice, obvio.
-¿En serio? –pregunto sorprendido.
-Si, en serio, no conozco a todo el mundo –lo mire seriamente.
El solo rio como burlándose de mí, ¿qué se creía?
-Creo que me entendiste mal.
-Lo dudo…
-¿En serio no sabes quién soy? –me insistió.
-¡No! –respondí enojada.
-¿Conoces a Tokio Hotel?
Pensé un momento, pero no. Me di cuenta hacia donde iba la conversación, solo hacia él.
-No, ¿qué es? ¿Un lugar, un producto o qué?
Se volvió a reír, ahora si se burlo de mí, me molesto mucho eso.
-Es una banda –respondió queriendo sonar obvio.
-Ah, ¿eres famoso? –pregunte cruzándome de brazos.
-Si –soltó una risa.
-Que bien pero no te conozco, ni a ti, ni a tu banda.
Yo no era de las locas fans que se obsesionaban con una banda de música o algo por el estilo. La verdad prefería ser yo y yo. Admirar a una banda me quitaría el tiempo de vida, y la vida solo ve vive una vez y no la iba a desperdiciar con alguien más.
-¡Guau! –Exclamó- pensé que todo mundo nos conocía, más aquí en Alemania.
-Pues no, ahora te decepcionas, pero yo no te conocía hasta hace cinco minutos –Y no quiero saber ya nada más.
-Mm que raro –Nada raro, ¿Qué tendría de malo?

1 comentario: